Gracias Señor,
por el amor con que cada día nos llenas.
A tí acudimos y dejamos toda preocupación,
porque tienes cuidado de nosotros.
Danos una noche a la sombra de tus alas
bajo tu abrigo reconfortante.
En paz me acuesto y duermo,
porque sólo Tú, Señor,
me haces vivir confiado.
Amén!
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