Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen Sagrada María,
yo te ofrezco en este día
Alma, Vida y Corazón.
Mírame con compasión ,
no me dejes, Madre mía ...
Amén!
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