Gracias Jesús,
por los momentos de luz,
pero también por los momentos de sombras.
En las dificultades, me sostuviste,
me diste fortaleza, y así, ya no sentí miedo.
En los momentos de calma,
gozaste conmigo la paz y la alegría.
Mañana, a empezar de nuevo, Jesús.
Tú conmigo, y yo contigo.
Amén !
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