Querido Dios,
gracias por haberme escogido
para vivir este día.
Sé que mis días no están garantizados
y que en cualquier momento me llamarás,
por eso deseo de corazon
vivir intensamente la vida,
amar, sonreír, ser feliz
y hacer felices a los demás.
Ayúdame pues a ser un rayo de luz,
aquí donde me tocó vivir.
Amén!
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