viernes, 23 de marzo de 2018

** Devoción al Santo Ángel de la Guarda






Ángel Santo, amado de Dios, 
que después de haberme tomado, 
por disposición divina, 
bajo tu bienaventurada guarda, 
jamás cesas de defenderme, 
de iluminarme y de dirigirme: 
yo te venero como a protector, 
te amo como a custodio; 
me someto a tu dirección
 y me entrego todo a ti, 
para ser gobernado por ti. 



Te ruego, por lo tanto, 
y por amor a Jesucristo te suplico, 
que cuando sea ingrato para ti 
y obstinadamente sordo a tus inspiraciones, 
no quieras, a pesar de ésto, abandonarme; 
antes al contrario, 
ponme pronto en el recto camino, 
si me he desviado de él; 
enséñame, si soy ignorante; 
levántame, si he caído; 
sosténme, si estoy en peligro 
y condúceme al cielo para poseer en él 
una felicidad eterna. 

Amén.

Autor:  San Juan Berchmans



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